Todo empezó allá por el año 2004, más o menos. Desconocemos la fecha exacta, pero ya investigaremos en los archivos para comprobarla. Lo que es casi seguro es que hacía frío. Quizá era un Otoño castigado por el cierzo más de lo normal y las calefacciones aún no habían empezado a calentar.
El caso es que, tras varios años de experiencia en el mundo del ganchillo creando mantas y algún que otro complemento para el abrigo, la madre de toda esta obra creativa pensó que se podría avanzar hacia nuevos campos. Fue en aquél entonces cuando surgió la idea de crear la primera funda para móviles de ganchillo.
Es cierto que ya existían fundas para móviles (de plástico, piel, algodón), que evitaban rayaduras. Sin embargo, este nuevo formato de funda aportaba otras ventajas, pues de todos es sabido que muchas baterías de móvil no soportan bajas temperaturas. Además, el trabajo en ganchillo, enlaza la lana de tal forma que absorbe los impactos que pueda recibir un móvil al caerse de una mesa o del bolsillo (pruebas realizadas en laboratorios lo avalan).
Al principio, estas fundas, eran lisas y lasas, podían ser de algodón o lana, pero siempre eran de un mismo color (como mucho dos, alternados en franjas).
El origen es incierto, pero se comenta que un amigo le comentó la posibilidad de darle forma a estas fundas, lo que sería "tunearlas", para darle más alegría y atractivo. Y le sugirió que hiciera un animal.
Pensó, el amigo, que el primer intento sería desastroso. Pasó un día o dos y, nuestra artista, ya tenía hecho su primer animal-funda. Fue una obra genial. Quizá la que impulsó el resto de la creación. Aquí podéis verla.